Que con la tarjeta sanitaria desde el centro de salud el médico pueda citar al paciente para una consulta o una intervención en otra comunidad autónoma, o que en todos los niveles asistenciales los profesionales puedan acceder la historia clínica electrónica de un paciente, consultando datos y pruebas realizadas y en función de ello decida un tratamiento que la farmacia conocerá y dispensará mediante la receta electrónica parece hoy en día una utopía, que sin embargo, será realidad "en un futuro próximo". Así lo expuso la subsecretaria del Ministerio de Sanidad durante la clausura del II Foro sobre el Sistema de Información del SNS, donde se demostró que aún queda mucho por hacer.
Mientras que varias regiones explicaron sus avances en este sentido, la interoperabilidad y la integración de todas estas experiencias en un sistema común no estuvieron presentes en las ponencias.
De este modo, dentro de una información de difícil tratamiento por su complejidad, dispersión de fuentes y su calificación de alta confidencialidad, los avances giran en torno a incorporar a los sistemas actuales los datos de urgencias y de consultas y especialmente la integración de hospitales y atención primaria tomando como centro al paciente.
En este contexto, la primaria ha ido más retrasada que la especializada y como explicó María de los Santos Ichaso, del Instituto de Información Sanitaria, hace sólo tres años que el nivel comenzó a existir en los sistemas informativos. En este sentido, el reto es introducir los datos de práctica clínica de primaria y para ello, existe un grupo de trabajo con diez comunidades, en el que se espera aumente la participación, y una subcomisión de sistemas de información con todas las autonomías.
Las experiencias son variadas. Diraya —pendiente de incorporar las consultas externas y las urgencias—, en Andalucía, pretende poner al servicio del profesional la información en las mismas condiciones que él las genera, sin ayudas de elementos externos y con estructura de historia clínica de tal modo que sepa dónde, cuándo, a quién y por qué ha ido el usuario. Pero además, según describió Ángel Vilches, del Servicio Andaluz de Salud, esto ayuda a la Administración a seleccionar a la población susceptible de políticas sanitarias.
En Osakidetza, desde 2003 el cien por cien de los centros de salud está informatizado y está en proceso tener en primaria la información de especializada, lo que permite establecer cargas de morbilidad en los pacientes, recordar actividades preventivas, incluir indicadores clínicos de gestión de consulta o realizar estudios epidemiológicos, como detalló su representante Maxi Gutiérrez.
Por su parte en la Comunidad Valenciana, Abucasis conecta los datos de atención primaria y la especializada ambulatoria teniendo al profesional como usuario del sistema e intentando facilitar su trabajo. Sin embargo, para Gregorio Gómez, de la Consejería de Sanidad de la autonomía, aún falla en los sistemas de información la disponibilidad, el soporte a la toma de decisiones, la normalización y optimización de procesos y el uso de la telemedicina.
En todo caso, la necesaria conexión informativa entre niveles asistenciales pasa, para los ponentes, por el acuerdo y la colaboración de sus profesionales. "Para avanzar debe haber un cambio de actitud. Unos no pueden estar pensando que los otros son más tontos", comentó Gutiérrez, aunque a juicio de Gómez si el profesional tiene en la pantalla un informe bien estructurado de forma natural el médico de especializada utilizará la información del de primaria y viceversa.
En este proceso de inclusión de la primaria el papel del médico se refuerza como gestor de información aunque quedan obstáculos por superar tales como la codificación de las patologías, que cuesta a los profesionales, o la obligatoriedad de la firma electrónica en la prescripción y codificación del diagnóstico.'
Fuente: Gaceta Médica 19/10/08
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