Se trata de un servicio que redunda en la calidad de la atención que se presta a los ciudadanos y que en la actualidad beneficia a cerca de 450.000 onubenses, lo que significa el 90,5% de la población de la provincia.
Este sistema de prescripción y dispensación de fármacos y productos sanitarios incluidos en la financiación pública ha sido desarrollado en colaboración con el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos y aprovecha las nuevas potencialidades de la informática y las telecomunicaciones. Es, junto a la historia de salud digital y a la posibilidad de solicitar día y hora con el médico a través de Internet (www.juntadeandalucia.es/salud y www.juntadeandalucia.es/
La principal ventaja de este servicio va dirigida a los enfermos crónicos, a quienes se les evita tener que desplazarse continuamente a su centro de salud con el único fin de renovar sus tratamientos de continuidad. Gracias a Receta XXI, cuando el médico realiza la indicación de un medicamento a través de la aplicación informática Diraya y previa inserción en el sistema de la tarjeta sanitaria, los fármacos prescritos, la posología -dosis en que deben administrarse- y el tiempo de duración, quedan grabados en el Módulo Central de Dispensación.
En este módulo se crea un crédito farmacéutico con el tratamiento completo mandado para el paciente en los plazos que estime oportuno el facultativo. El usuario, que sale del centro de salud sin las recetas tradicionales, acude a la oficina de farmacia sólo con su tarjeta sanitaria y desde ahí el farmacéutico accede a este crédito donde se recogen los medicamentos prescritos. Con estas premias, el farmacéutico será el encargado de suministrar el tratamiento durante el tiempo indicado por el médico.
El sistema de receta electrónica redunda en una mejora del control de la adherencia del paciente al tratamiento, ya que el médico podrá visualizar si se han retirado en las farmacias los medicamentos recetados. El profesional tendrá que entregar al ciudadano una hoja de instrucciones en la que se especificará tanto el fármaco recetado como la forma de tomarlo y cualquier información que considere de interés para un mejor cumplimiento del tratamiento. Este documento tendrá que estar firmado por el facultativo.
La puesta en marcha de la receta electrónica también posibilita la disminución de las consultas que se producen en el ámbito de la atención primaria –estimada en torno al 22% en los usuarios mayores de 65 años- y que el facultativo pueda dedicar más tiempo de atención a sus pacientes.'
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